martes, 28 de septiembre de 2010

Nuestra Luz

No puedo creerlo todavía.
Si yo crecí con vos, jugué a ser vos, canté con vos, lloré con vos.
¿Por qué? Si eras tan linda, tan buena, tan llena de luz. ¿Por qué justo vos?
Nuestra Belén, nuestra hermosa Belen. Siempre te vamos a llevar en nuestros corazones, aunque hoy esten todos llenos de agujeritos. Vos nos enseñaste que volar era la vida, nosotros te pedimos que no nos dejes tus alas todavía. Pero nos las regalaste, para que volemos solos. Y nos da miedo, pero quizás nos las dejaste para que te sigamos, para que lleguemos a vos.
Ahora sí que sos un ángel. Ahora nos cuidas desde arriba, aunque es obvio que te preferiríamos acá. Nunca llegué a abrazarte ni a decirte que gracias a vos mi infancia fue feliz, fue pura, fue increíble. Y tener íconos como vos, no es poca cosa. Porque eras una personita tierna, llena de magia, como tu mamá.
Solo me queda elevar una oración para que llegues allá arriba, aunque seguramente ya estes sentada en una nube.
Terminaste siendo un almita elegida Romi, y hoy más que nunca grito: tu luz es la mía.
Infinitamente GRACIAS

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