lunes, 13 de febrero de 2012

Sobre el (des) amor


Hace poco, entre cerveza y fernet, surgió una especie de debate con una amiga sobre el amor.
El amor, el enamoramiento, las relaciones, cuándo creemos estar enamorados, cuándo realmente lo estamos. La diferencia tajante entre amor y enamoramiento (que expliqué mal y después corregí, pero me parece oportuno éste espacio para compartirlo) Es básico en realidad: el enamoramiento es ciego, el amor no.
El enamorado se enamora de lo que le gusta, y lo que no hace como que no lo ve. Lo pasa por alto, lo esquiva. "Porque si lo amo no tengo que verle los defectos, no tengo que ver cosas malas en esa persona" ¡NO! Grave error. Cuando más amamos es cuando aceptamos que el otro tiene defectos. Tiene fallas. Tiene cosas que no nos gustan. Y lo amamos igual. Pero no ignorándolas, sino aceptándolas. Sabiendo que es así, y respetando que es así. Conviviendo con eso, como la otra persona convive con nuestros errores.

Dicho y aclarado ésto, me meto de lleno en el tema que me interesa. El desamor. ¿A quién no le pasó alguna vez? ¿A quién no le rompieron el corazón? ¿Quién no lloró por un amor no correspondido? Y acá voy a citar a uno de mis interlocutores de esa noche, cuya personalidad quedará oculta porque es mejor así, que dijo: "Si hay algo que no le deseo a nadie, es amar y no ser amado". Clap, clap clap para esa persona. No hay dolor más grande, mas agudo, mas inaguantable que el querer dar amor y que alguien no quiera recibirlo. Son cosas que no entendemos. ¿Quién no quiere que lo amen? ¡Es ridículo! Pasa que, a veces, queremos que esa persona nos ame. Y es fácil dejar que te amen... pero buscar amar... así como de golpe y porrazo, poniéndole empeño... No hermano, dedicate a otra cosa. Son cosas que se sienten y no se explican. Y es jodido, porque a veces uno busca amar. Uno quiere amar porque lo aman. Pero no alcanza con querer.

¿Y qué hacemos cuando nos rompen el corazón? ¿Qué dice el 99% de la gente cuando sufre éstos desamores? ¡A la mierda el amor! ¡No me enamoro más! ¡Ésto no es para mí! Y ahí es cuando, a mi criterio, cometemos otro error (me incluyo porque alguna que otra vez lo hice). No tenemos que renegar del amor, justamente porque de lo que nos estamos quejando es de que no nos amaron como nosotros queríamos. Entonces, llegamos a la conclusión de que sí, somos complicados. Hombres y mujeres, no digan que no. No quieran hacerlo una cuestión de género.
Hombres y mujeres se enroscan en ésta idea absurda de que no hay que amar para no salir lastimado. De que como me hicieron mal y no hay curita que pueda reparar una herida así, tengo que dejarme el corazoncito de adorno y seguir con mi vida. Y estar así, sin sentir nada por nadie hasta quién sabe cuándo.

Ahora, yo invitaría a esa gente a pensar por dos segundos... ¿No te hizo feliz amar? ¿No te sentías contento, pleno, en paz? Porque hasta un rato antes de que te dieras cuenta de que esa otra persona no sentía lo mismo que vos... vos eras feliz así. Y amabas, y sentías, y no te importaba nada más. Entonces está mal ésta postura de creer que no hay que amar más. ¡Sí que hay que amar, sí que hay que buscar enamorarse! Porque eso nos mueve la vida.

¿Qué importa lo que pase después? ¿Quién te quita lo bailado? ¿Quién te saca esa sonrisa que tenían en el momento en el que te creías enamorado? ¿Quién te va a borrar esos recuerdos lindos? ¡Nadie! Entonces acumulémoslos. Dejemos ésta boludez de encerrarnos para no sentir nada, si sabemos que es mentira!

Salgamos al mundo, pongámosle el pecho a las balas! ¿Te caes? ¡Te levantas! ¿Lloras? ¡Te lavas la cara y seguís! Lo único que no tiene solución en ésta vida es la muerte, señores. Entonces vivamos la vida como merece ser vivida - con lo bueno y lo malo - aprendamos, sintamos, amemos, lloremos, riámonos hasta que nos duela la panza y dejémonos de joder. Que por algo la vitalidad se mide por el corazón, y no por el cerebro.

1 comentario:

Y vos, ¿qué pensas?